miércoles, 27 de noviembre de 2019

Cosiendo NadaS


Ella viene de una isla que quiso construir el paraíso.

Zoé Valdés . La nada cotidiana




Deseaba llenar aquel vacío que la llenaba 

Cosió un nada por aquí
un nada por allá 
otro retal por el  envés 
Poco a poco 
llenó el vacío de nadas
y el vacío desapareció 

Una mañana
cuando ya nada le llenaba
vacía de nada 
suspiró
¡Pensar que tuve tanto!

Y ahora
Ahora deseaba volver 
volver estar llena de nadas
pues  vivir así tan vacía
era lo mismo que morir
sin esperar nada

María



Nos nombra
y asistimos al escondite,
al inexistente elemento.

Nos piensa indiferente,
jugamos con su insinuación,
exorcizados.

Nos escucha,
nos pide el cuerpo,
nos devuelve nuestra sombra en mármol.

Ya somos las estatuas del aire.

[Los espacios imaginarios, Zoé Valdés]


martes, 26 de noviembre de 2019

Flor de otoño

Podría sentir el callado silencio
recibiéndote mi cuerpo abierto
como flor mojada por el rocío
que el Sol calentara su lecho.





Abrir las hojas de mis piernas
piel suave y tibia, color de luna
mostrándote mi dulce esencia
buscan tus labios con locura.




Flor de Otoño, flor de tu sueño
que se embellece con el fuego
que despiertas en la rosa negra
los secretos guardados y deseos.



Flor húmeda, la flor de Invierno
que acaricia la noche su manto
sus pétalos ante ti ya desnudos
sintiendo tus dedos como viento.



Flor de Otoño,

 Flor de Invierno.


María




lunes, 25 de noviembre de 2019

Ellas, Tú o Yo

Rayden - Caza de pañuelos
   

      No siempre es así,  sin embargo hoy, deseo tirar de archivo, recordar aquello que un día escribí y que  con el paso de los años, aunque algo ha cambiado, sigue estando vigente, más vigente si cabe, pues por mucho que pensamos que hemos evolucionado nosotras, las mujeres, seguimos padeciendo todo tipo de vejaciones ( no me olvido de los hombres que también los hay que sufren y padecen)

   Por eso tiro de un escrito de hace años , por eso cada vez que veo esta fotografía se me revuelven las tripas , ( y no por asco) si no por esa impotencia de saber que alguien en estos momentos calla su pena y mastica "su culpa", por eso me repatea esa gente que sabiendo lo que se cuece detrás de cuatro cercanas paredes , calla, mira a otro lado y hace como si nada ...



25 de noviembre de 2009

       Hoy no quiero palabras. Hoy solo silencios que son los gritos que martillan el alma .

Se podría decir mucho; palabras de ánimo, gritos de basta ya. No es suficiente, creo que cuando una persona sabe que otra sufre maltrato, sea de género de cualquier otro tipo, debe de tender la mano de aquel que acorralado por el miedo calla.

Sé lo que es sentirse así, se que cuesta mucho dar el paso: una piensa en los hijos, en la familia, en el que dirán. Una piensa que esta sociedad la va a mirar por encima del hombro, y a veces sucede, gracias a Dios esto va cambiando pero nos queda mucho por hacer.

Un abrazo a todos los que estan pasando penurias en su soledad, la soledad de quién está siendo anulada por aquellos que dicen querer , pero que no aman .
Le pedí prestado, el texto que Alijodos ha colgado en su blog




Hoy 25 de Noviembre es el dia conta la Violencia de Género, entendida esta como la violencia del hombre hacia la mujer. Qué valiente debe ser ese hombre de tener la mano tonta para dar una bofetada a una persona a todas luces en inferioridad de condiciones (Un a bofetada en el mejor de los casos claro)....Por que claro, el que hace este tipo de cosas , aparte de no estar bien de la cabeza, lo hace por que puede y por que se siente superior, lo que demuestra aún mas la alevosía y premeditación con la que actúan estos individuos. Y los datos asi lo demuestran:


* Sólo en 2007 murieron más personas que en 2005 y 2006 con un total de 71 mujeres
* En 2008 murieron 84 personas victimas de esta violencia.
* Y en 2009 son 46 las personas fallecidas por esta cuestión


Pero es que ademas te pones a leer las noticias de los sucesos que ocurren en torno a este tema y se te ponen los vellos como escarpias:


* Mujer embarazada asesinada por su pareja..
* Mujer de 70 años asesinada por su pareja.
* Atropella a su ex-mujer en reiteradas ocasiones hasta matarla
* Estrangula a su mujer y despues trata de suicidarse
* Acuchilla a su ex-pareja y a un hombre que acudió en su auxilio..
* Degollada por su pareja en la habitación de un hotel


     Total que nos encontramos con un panorama desolador respecto al tema de la violencia contra las mujeres, cuyo endurecimiento de penas así como el de considerar un agravante el que vaya bebido o se haya drogado (hasta ahora son considerados atenuantes) pues serían los caminos a seguir por la justicia para erradicar esta lacra social que nos asola...Aunque lo que se merezcan estos sujetos es ser soltados en medio de una jauría de mujeres, que se iban a enterar de lo que vale un peine (espero que lo de "jauría" no se lo tome ninguna mujer como una ofensa). Pero claro eso solo nos haría igual que ellos...


     Por su puesto que somos personas y pienso que si el día de mañana le tocara a alguien cercano a mi, no se una hermana o mi hija pues sinceramente o la justicia actúa rápido o ese sujeto no lo cuenta por la gloria de mi madre...


     Sea como fuere este blog, inmundo y pequeño a la vez que insignificante seguirá denunciando y apoyando causas en pos de un mundo mejor y cada 25 de noviembre gritará con fuerza:






Creative Commons License



Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.



viernes, 22 de noviembre de 2019

En los límites de su memoria , La Bámbola

En su anchura, el olvido reconoce a los suyos,
y en su tierno abandono mi destino se aclara.

Carlos Mastronardi 



         Llegó al edificio escapando de aquella torrencial lluvia, refugiándose bajo el alero situado cerca de la puerta principal.

      Se ciñó la chaqueta y casi desplomándose, se apoyó en el portalón. Esté se abrió violentamente, haciéndola tropezar. El susto le llevó a apoyarse en el picaporte de latón para no perder el equilibrio.

     Notó su calor, como si alguien recientemente hubiera abierto la puerta.La oscuridad pudo más que su prudencia, vaciló  por un segundo y se decidió a traspasar el umbral.




En su interior un desagradable olor a humedad, mezclada con el olor a cera quemada, la perturbó por segunda vez. Su instinto le decía que había habitantes en aquella casa, pero la oscuridad le impidió ver si estaba en lo cierto.

De pronto, un rayo partió el cielo, iluminando las escaleras que abrían paso al piso superior.

Buscaba desesperadamente, a tientas , buscar el interruptor de la luz, sin encontrarlo, una y otra vez, sin éxito  recorrió cada centímetro de la humedad pared.

             Con mucho cuidado de no tropezar, en la oscuridad, se dirigió a las escaleras. De vez en cuando, la oscuridad dejaba paso a una ligera penumbra alentada por los destellos de los relámpagos y aunque breve fueron suficientes para iluminar el camino.

         Se detuvo en el primer piso, donde probablemente debía de haber un espacio abierto. Localizó un nuevo interruptor de la luz, pero fue en vano, otro intento fallido.



    Entró en la habitación esquivando los muebles que la albergaban. La luz de otro relámpago iluminó, esta vez la chimenea que estaba frente a un gran ventanal, fué sólo un momento, suficiente para ver el  el estante que albergaba multitud de velas.

A tientas se acercó a él y ayudada por la tenue luz que llegaba del exterior, buscó algo para encenderlas. Y allí estaba ella , aquella muñeca rota 







Rota


es una muñeca rota

corazón de la lana 
y cuerpo de plástico .





Fría

glaciar frío , 
cumbre de nieve

cubierta con cristales blancos .


Vacía

armario vacío

con puertas que crujen
bisagras colgando


Rota, fría y vacía
 que mira hacia abajo.


No hay nada más

 que una  sonrisa egoísta
Nada desde que se fue.





(Fragmento de "En los límites de su memoria ©" ; MaRía)

jueves, 14 de noviembre de 2019

Narcosis acentuada

Hoy el día despertó empapado de ternuras,
en un amanecer lluvioso
como si el planeta
llorase todos los malentendidos del mundo




Amanezco
en la penumbra de un otoño
epígrafe de días de verano



cuando el sol del mediodía
todavía llora 
los voraces días de sequía
prolongando su ausencia
en los espejos de agua 
donde se proyectan
 emociones freudianas
de los que se miran
de los que se piensan
en narcosis acentuada 

Amanezco
en busca de su inmenso sol
proyectando la vital alegría 
de una vida simple y decantada 




Y yo sin saber
leo tu carta y mi alma se desborda
empapada de recuerdos
dibujando ese tu sueño
Y tú sin saber




Te vi bailar bajo la lluvia
me dejaste tu amor en vena
tu sexo es carne de aceituna
de un olivo en la carretera

Quique  González 




Fotos 1y 3; Brian Ypperciel

miércoles, 13 de noviembre de 2019

Busco






En los días que pasan ,
 los días en que el tiempo fue tiempo de sonrisas.
 Días pintados del color suave de un rayo de sol,
 iluminado por el brillo de una tierna mirada


La noches frías que se hacen sentir,
los sentidos de otras noches, serenas  y mágicas.
Noches, donde el sueño se transforma 
en un colorido cuadro en el blanco lienzo de mis paredes


Busco
En las palabras que nacen del silencio, 
la voz que se hace murmullo en el viento.

Voz que fue rítmica melodía al compás de mi corazón.
En los gestos ausentes aquellos que tocaron suavemente mi alma
Gestos que fueron abrazos de ternura y cariño.

Busco
Las sensaciones que pernoctan en la nostalgia 
que se torna presente,
en las emociones que despertaran en nosotros
los deseos que no se acaban.

Busco
En la lluvia menuda que brota de los ojos
y en la esperanza que habita en el alma que llora 
y en el corazón que silencia el dolor 

Busco
Tu presencia que pinta colores de arco.iris
con los que iluminas los días de un cielo azul 
en  un mar calmo y sereno.

Busco
Tu presencia que ilumina las noches de luna llena
de magia envolviendo los sueños
con mil estrellas que  me haces alcanzar.

Busco
Te busco,
  eres la sonrisa, 
la caricia suave en el alma
 y latir del corazón 







Fotografías: Liat  Ahoroni ©

martes, 12 de noviembre de 2019

La Herradura de siete agujeros



La libertad no es digna de tener si no incluye la libertad de cometer errores


Mahatma Gandhi







     Los Caprichosa viven felices en el campo, siempre han tenido todo cuanto han deseado, su acomodada vida bucólica les ha permitido nutrirse de alegrías y dulzuras, sin paliativo alguno.



     Cuando la primogénita de los Caprichosa cumplió los 18 años, pensó que quizá era un buen momento para ganar algo de autonomía e independencia y no se le ocurrió otra cosa que desear un caballo.



Papa, quiero un caballo- decía la niña-.

¿Para qué quieres un caballo, hija? – le preguntaba su padre-.

-Yo creo Papá, que ha llegado el momento de sentirme un poco libre a lomos de un fuerte animal, sentir que puedo tomar las riendas de mi vida y alejarme un poquito de vosotros con la esperanza de tener algún día una vida tan placentera como la vuestra, pero construida por mí- respondió la hija- Y además porque todo el mundo tiene un caballo –añadió con voz más baja.

Ante la elocuencia de tal respuesta, el padre no podía negarse





-Necesitaremos tiempo para elegirte el caballo adecuado – le dijo.

-No hay prisa Papá- sonrió la niña-

     Los Caprichosa eran gente ordenada y tradicional, procedentes de buenas familias y acostumbraban a hacer las cosas bien. Así que para elegir al caballo de la niña, colgaron algunos carteles por el pueblo, pusieron anuncios en la prensa local y llamaron a algunos corredores de caballos, que afirmaban representar a los mejores.




      Por el rancho de los Caprichosa, pasaron caballos de todo tipo, pasó el caballo percherón con ausencia de buena percha, pasó el caballo de carreras que parecía haberse caído en un cubo de café y que con prisas siempre llegaba tarde a todos lados, pasó el caballo árabe con tanta pura sangre que no sabia hablar más que de su familia, pasó un caballo de tiro que no tenia muy buena puntería, pasó un pony que no daba la talla, incluso pasó un mulo que se afirmaba caballo aunque sus modales le destapaban. Ninguno de los caballos parecía satisfacer a la niña, hasta que llegó el caballo razonable.





-¿Y tu quien eres? – le dijo la niña al caballo-

-Soy el caballo razonable- le dijo el caballo-

-¿Y que raza de caballo es el caballo razonable?, nunca había oído hablar ti.

-Claro que no, ya que no pertenezco a ninguna estirpe famosa- le respondió el caballo orgulloso de su independencia.

-¿Y que te hace pensar que voy a elegirte a ti, caballito?- le preguntó la niña intrigada.

-Pues no me lo hace pensar, el azar me ha traído hacia aquí y quiero saber hacia donde me llevará después.

-Pero entonces, ¿no te importa que no te elija?

-Pues no, pero quizá podría gustarme. Eso aún no lo sé.


     El caballo y la niña estuvieron charlando durante largo rato, parecían llevarse bien el uno con el otro.


-Dime una cosa –le dijo la niña- ¿por qué te llamas razonable?

-Porque hago siempre lo que me place, siempre que tenga razones para hacerlo -Respondió el caballo-.

-¿Entonces no vas a ser dócil, ni obediente, ni me llevarás donde yo quiera? -preguntó alarmada la niña. ¿Para que querré un caballo si no hace nada de eso? – Preguntó de nuevo-

-Pues no, pero iremos donde los dos queramos, estaremos contentos el uno con el otro, y nuestra relación será de igual a igual. – y dicho esto se dio media vuelta y se marchó-

-¿Te marchas? Si me gusta mucho como eres… ¿por qué?

-Pues porque aún no me has dado razones para quedarme –le respondía a lo lejos el caballo mientras se iba - pero no te preocupes, quizá algún día vuelva, niña caprichosa.


     Y allí se quedó la niña caprichosa sentada en el suelo, esperando la vuelta de su caballo razonable, y haciendo motivos para que volviera.





martes, 5 de noviembre de 2019

En los límites de su memoria - Soledad


Subo al tren del pasado.
me conduce
al sitio en que se borra la memoria


Jose Emilio Pacheco




La soledad, es a veces esa vieja del visillo, que nos mira a través del cristal, unas veces opaco, cómo tratando de suavizar aquello vivido, momentos duros o sencillamente que añoramos.

Otras se nos muestra tan impoluto que nos muestra el hoy, el momento justo, a la hora justa

Soledad, se viste de tantos matices como sensaciones podemos sentir en nuestro corazón: melancolía, alegría, sueños, quimeras, metas...

Hoy se vistió de preguntas, esas ella y yo sabemos de antemano que no tendrán respuesta

Y aunque es silencio, te susurra una canción que se repite en bucle, qué suena y suena dentro de tu mente, como una cruel tortura

Soledad fiel compañera, leal siempre y cómo yo vestida según la ocasión

Soledad se pinta los labios de carmín, seductora musa de mis mañanas


María
29/11/2018



¿Qué significan esas hojas muertas,

bronce fundido en la lluvia que arrastra el año

por el río del otoño?

 No significan: son.

Les basta ser y acabarse. 

Jose Emilio Pacheco

fot: Maya Sir






             En la oscuridad y con el mal tiempo, la calle empedrada parecía confusa, casi intransitable, se iba difuminando por la crecida de los charcos de agua.

         En ocasiones, la visión era más nítida, gracias a los faros de los coches que pasaban, con su lento caminar a causa de aquella noche desapacible.





         Se imaginaba la cara de asombro de los conductores, transitando en medio de aquel aguadero torrencial.

Enojada y sin paraguas corría por las aceras intentando esquivar algún que otro chapuzón.


         Seguro - se dijo- ellos también están enojados al verse obligados a ralentizar la marcha e incluso desviarse y tomar la estrecha calle de la izquierda para poder sortear aquellos inmensos charcos.

        Se asustó al ver su sombra inclinada que se extendía desde sus pies hasta unos diez metros por la carretera, y luego seguía trepando por las paredes de las casas perdiéndose en los picos de los gigantescos cipreses que bordeaban la costa.





           El aumento de la incesante lluvia, le obligó a buscar refugio en un  caserón, grande y vacío. Eran unas enormes ruinas de piedra que a menudo espiaba desde la ventana de su dormitorio. 


        La soledad impulsaba su imaginación viendo sombras errantes por toda la estancia a través de la gran ventana arqueada de oscura madera situada a lo larga de la cubierta inclinada.





(Fragmento de "En los límites de su memoria ©" ; MaRía)




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