No siempre es así, sin embargo hoy, deseo tirar de archivo, recordar aquello que un día escribí y que con el paso de los años, aunque algo ha cambiado, sigue estando vigente, más vigente si cabe, pues por mucho que pensamos que hemos evolucionado nosotras, las mujeres, seguimos padeciendo todo tipo de vejaciones ( no me olvido de los hombres que también los hay que sufren y padecen)
Por eso tiro de un escrito de hace años , por eso cada vez que veo esta fotografía se me revuelven las tripas , ( y no por asco) si no por esa impotencia de saber que alguien en estos momentos calla su pena y mastica "su culpa", por eso me repatea esa gente que sabiendo lo que se cuece detrás de cuatro cercanas paredes , calla, mira a otro lado y hace como si nada ...
25 de noviembre de 2009
Hoy no quiero palabras. Hoy solo silencios que son los gritos que martillan el alma .
Se podría decir mucho; palabras de ánimo, gritos de basta ya. No es suficiente, creo que cuando una persona sabe que otra sufre maltrato, sea de género de cualquier otro tipo, debe de tender la mano de aquel que acorralado por el miedo calla.
Sé lo que es sentirse así, se que cuesta mucho dar el paso: una piensa en los hijos, en la familia, en el que dirán. Una piensa que esta sociedad la va a mirar por encima del hombro, y a veces sucede, gracias a Dios esto va cambiando pero nos queda mucho por hacer.
Un abrazo a todos los que estan pasando penurias en su soledad, la soledad de quién está siendo anulada por aquellos que dicen querer , pero que no aman .
Le pedí prestado, el texto queAlijodos ha colgado en su blog
Hoy 25 de Noviembre es el dia conta la Violencia de Género, entendida esta como la violencia del hombre hacia la mujer. Qué valiente debe ser ese hombre de tener la mano tonta para dar una bofetada a una persona a todas luces en inferioridad de condiciones (Un a bofetada en el mejor de los casos claro)....Por que claro, el que hace este tipo de cosas , aparte de no estar bien de la cabeza, lo hace por que puede y por que se siente superior, lo que demuestra aún mas la alevosía y premeditación con la que actúan estos individuos. Y los datos asi lo demuestran:
* Sólo en 2007 murieron más personas que en 2005 y 2006 con un total de 71 mujeres
* En 2008 murieron 84 personas victimas de esta violencia.
* Y en 2009 son 46 las personas fallecidas por esta cuestión
Pero es que ademas te pones a leer las noticias de los sucesos que ocurren en torno a este tema y se te ponen los vellos como escarpias:
* Mujer embarazada asesinada por su pareja..
* Mujer de 70 años asesinada por su pareja.
* Atropella a su ex-mujer en reiteradas ocasiones hasta matarla
* Estrangula a su mujer y despues trata de suicidarse
* Acuchilla a su ex-pareja y a un hombre que acudió en su auxilio..
* Degollada por su pareja en la habitación de un hotel
Total que nos encontramos con un panorama desolador respecto al tema de la violencia contra las mujeres, cuyo endurecimiento de penas así como el de considerar un agravante el que vaya bebido o se haya drogado (hasta ahora son considerados atenuantes) pues serían los caminos a seguir por la justicia para erradicar esta lacra social que nos asola...Aunque lo que se merezcan estos sujetos es ser soltados en medio de una jauría de mujeres, que se iban a enterar de lo que vale un peine (espero que lo de "jauría" no se lo tome ninguna mujer como una ofensa). Pero claro eso solo nos haría igual que ellos...
Por su puesto que somos personas y pienso que si el día de mañana le tocara a alguien cercano a mi, no se una hermana o mi hija pues sinceramente o la justicia actúa rápido o ese sujeto no lo cuenta por la gloria de mi madre...
Sea como fuere este blog, inmundo y pequeño a la vez que insignificante seguirá denunciando y apoyando causas en pos de un mundo mejor y cada 25 de noviembre gritará con fuerza:
Llegó al edificio escapando de aquella torrencial lluvia, refugiándose bajo el alero situado cerca de la puerta principal.
Se ciñó la chaqueta y casi desplomándose, se apoyó en el portalón. Esté se abrió violentamente, haciéndola tropezar. El susto le llevó a apoyarse en el picaporte de latón para no perder el equilibrio.
Notó su calor, como si alguien recientemente hubiera abierto la puerta.La oscuridad pudo más que su prudencia, vaciló por un segundo y se decidió a traspasar el umbral.
En su interior un desagradable olor a humedad, mezclada con el olor a cera quemada, la perturbó por segunda vez. Su instinto le decía que había habitantes en aquella casa, pero la oscuridad le impidió ver si estaba en lo cierto.
De pronto, un rayo partió el cielo, iluminando las escaleras que abrían paso al piso superior.
Buscaba desesperadamente, a tientas , buscar el interruptor de la luz, sin encontrarlo, una y otra vez, sin éxito recorrió cada centímetro de la humedad pared.
Con mucho cuidado de no tropezar, en la oscuridad, se dirigió a las escaleras. De vez en cuando, la oscuridad dejaba paso a una ligera penumbra alentada por los destellos de los relámpagos y aunque breve fueron suficientes para iluminar el camino.
Se detuvo en el primer piso, donde probablemente debía de haber un espacio abierto. Localizó un nuevo interruptor de la luz, pero fue en vano, otro intento fallido.
Entró en la habitación esquivando los muebles que la albergaban. La luz de otro relámpago iluminó, esta vez la chimenea que estaba frente a un gran ventanal, fué sólo un momento, suficiente para ver el el estante que albergaba multitud de velas.
A tientas se acercó a él y ayudada por la tenue luz que llegaba del exterior, buscó algo para encenderlas. Y allí estaba ella , aquella muñeca rota
La libertad no es digna de tener si no incluye la libertad de cometer errores
Mahatma Gandhi
Los Caprichosa viven felices en el campo, siempre han tenido todo cuanto han deseado, su acomodada vida bucólica les ha permitido nutrirse de alegrías y dulzuras, sin paliativo alguno.
Cuando la primogénita de los Caprichosa cumplió los 18 años, pensó que quizá era un buen momento para ganar algo de autonomía e independencia y no se le ocurrió otra cosa que desear un caballo. Papa, quiero un caballo- decía la niña-. ¿Para qué quieres un caballo, hija? – le preguntaba su padre-. -Yo creo Papá, que ha llegado el momento de sentirme un poco libre a lomos de un fuerte animal, sentir que puedo tomar las riendas de mi vida y alejarme un poquito de vosotros con la esperanza de tener algún día una vida tan placentera como la vuestra, pero construida por mí- respondió la hija- Y además porque todo el mundo tiene un caballo –añadió con voz más baja. Ante la elocuencia de tal respuesta, el padre no podía negarse
-Necesitaremos tiempo para elegirte el caballo adecuado – le dijo. -No hay prisa Papá- sonrió la niña- Los Caprichosa eran gente ordenada y tradicional, procedentes de buenas familias y acostumbraban a hacer las cosas bien. Así que para elegir al caballo de la niña, colgaron algunos carteles por el pueblo, pusieron anuncios en la prensa local y llamaron a algunos corredores de caballos, que afirmaban representar a los mejores.
Por el rancho de los Caprichosa, pasaron caballos de todo tipo, pasó el caballo percherón con ausencia de buena percha, pasó el caballo de carreras que parecía haberse caído en un cubo de café y que con prisas siempre llegaba tarde a todos lados, pasó el caballo árabe con tanta pura sangre que no sabia hablar más que de su familia, pasó un caballo de tiro que no tenia muy buena puntería, pasó un pony que no daba la talla, incluso pasó un mulo que se afirmaba caballo aunque sus modales le destapaban. Ninguno de los caballos parecía satisfacer a la niña, hasta que llegó el caballo razonable.
-¿Y tu quien eres? – le dijo la niña al caballo- -Soy el caballo razonable- le dijo el caballo- -¿Y que raza de caballo es el caballo razonable?, nunca había oído hablar ti. -Claro que no, ya que no pertenezco a ninguna estirpe famosa- le respondió el caballo orgulloso de su independencia. -¿Y que te hace pensar que voy a elegirte a ti, caballito?- le preguntó la niña intrigada. -Pues no me lo hace pensar, el azar me ha traído hacia aquí y quiero saber hacia donde me llevará después. -Pero entonces, ¿no te importa que no te elija? -Pues no, pero quizá podría gustarme. Eso aún no lo sé. El caballo y la niña estuvieron charlando durante largo rato, parecían llevarse bien el uno con el otro. -Dime una cosa –le dijo la niña- ¿por qué te llamas razonable? -Porque hago siempre lo que me place, siempre que tenga razones para hacerlo -Respondió el caballo-. -¿Entonces no vas a ser dócil, ni obediente, ni me llevarás donde yo quiera? -preguntó alarmada la niña. ¿Para que querré un caballo si no hace nada de eso? – Preguntó de nuevo- -Pues no, pero iremos donde los dos queramos, estaremos contentos el uno con el otro, y nuestra relación será de igual a igual. – y dicho esto se dio media vuelta y se marchó- -¿Te marchas? Si me gusta mucho como eres… ¿por qué? -Pues porque aún no me has dado razones para quedarme –le respondía a lo lejos el caballo mientras se iba - pero no te preocupes, quizá algún día vuelva, niña caprichosa. Y allí se quedó la niña caprichosa sentada en el suelo, esperando la vuelta de su caballo razonable, y haciendo motivos para que volviera.
La soledad, es a veces esa vieja del visillo, que nos mira a través del cristal, unas veces opaco, cómo tratando de suavizar aquello vivido, momentos duros o sencillamente que añoramos.
Otras se nos muestra tan impoluto que nos muestra el hoy, el momento justo, a la hora justa
Soledad, se viste de tantos matices como sensaciones podemos sentir en nuestro corazón: melancolía, alegría, sueños, quimeras, metas...
Hoy se vistió de preguntas, esas ella y yo sabemos de antemano que no tendrán respuesta
Y aunque es silencio, te susurra una canción que se repite en bucle, qué suena y suena dentro de tu mente, como una cruel tortura
Soledad fiel compañera, leal siempre y cómo yo vestida según la ocasión
Soledad se pinta los labios de carmín, seductora musa de mis mañanas
María
29/11/2018
¿Qué significan esas hojas muertas,
bronce fundido en la lluvia que arrastra el año
por el río del otoño?
No significan: son.
Les basta ser y acabarse.
Jose Emilio Pacheco
fot: Maya Sir
En la oscuridad y con el mal tiempo, la calle empedrada parecía confusa, casi intransitable, se iba difuminando por la crecida de los charcos de agua.
En ocasiones, la visión era más nítida, gracias a los faros de los coches que pasaban, con su lento caminar a causa de aquella noche desapacible.
Se imaginaba la cara de asombro de los conductores, transitando en medio de aquel aguadero torrencial.
Enojada y sin paraguas corría por las aceras intentando esquivar algún que otro chapuzón.
Seguro - se dijo- ellos también están enojados al verse obligados a ralentizar la marcha e incluso desviarse y tomar la estrecha calle de la izquierda para poder sortear aquellos inmensos charcos.
Se asustó al ver su sombra inclinada que se extendía desde sus pies hasta unos diez metros por la carretera, y luego seguía trepando por las paredes de las casas perdiéndose en los picos de los gigantescos cipreses que bordeaban la costa.
El aumento de la incesante lluvia, le obligó a buscar refugio en un caserón, grande y vacío. Eran unas enormes ruinas de piedra que a menudo espiaba desde la ventana de su dormitorio.
La soledad impulsaba su imaginación viendo sombras errantes por toda la estancia a través de la gran ventana arqueada de oscura madera situada a lo larga de la cubierta inclinada.