
El que no afirma alguna vez con un sí definitivo, aclamativo, la atrocidad de la vida, no entrará en posesión de los valores incomparables de nuestro ser, se moverá solamente al margen, y, en el día en el que caiga la decisión, no habrá pertenecido ni a los vivos ni a los muertos
Rainer María Rilke.
¿Qué hago aquí?
Recordaba haberse preguntado la misma cosa a miles de personas distintas, personas que hacían cola al otro lado de su espejo para darle los buenos días y lavarse el rostro ante sus ojos. Personas que nunca se repetían y que cada día esperaban respuesta diferente a su pregunta, pero sin obtener ninguna en realidad.
Nunca había sido tarde para nada ni tampoco lo contrario, pero en multitud de ocasiones por su mente viajaba esa fortuna temporal del viajero impaciente, como una especie de apremio que en realidad, tampoco tenía sentido, como otras tantas cosas.
Decidió que la barba no le quedaba bien y se preparó para afeitarse.

Primero enjabonó la brocha, cómo tocaba, con movimientos circulares y observando como como subía el bizcocho de jabón, sin necesidad de levadura. Luego se mojó la cara con un poco de agua caliente, y comenzó, primero el cuello, a contrapelo, luego subió hacia la barbilla y podía escuchar el sonido de la cuchilla al rasurar - rsss, rsss, abrasivo-; después las mejillas y las patillas, que se le enrojecían a cada viaje de cuchilla; y por último el bigote, ajustando la mano a los rincones, los rincones de su nariz, de su boca, pero en el último instante un mínimo error y se cortó. ¡mala suerte!, un mínimo tajo en la comisura de sus labios, pero suficiente para manchar la pila blanca donde yacía la brocha enjabonada.
¿Sería posible que alguna vez lograra eliminar las asperezas sin que saltara ni una sola gota de sangre?
Quizá no, pensó para sí

Aprendí que los amores pueden venir repentinamente o terminar de la noche a la mañana, que los grandes amigos pueden convertirse en extraños perfectos y que, por el contrario, un extraño puede convertirse en un amigo inseparable, que el "nunca más " nunca se hace realidad y que el "por siempre" siempre termina, que quien quiera algo puede hacerlo y quien esté determinado lo consigue, quien arriesga no pierde nada y quien no arriesga no gana, que si quieres ver a una persona tienes que buscarla de inmediato, mañana podría ser demasiado tarde, sentir dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional, y sobre todo aprendí que no tiene sentido negar la evidencia ...