jueves, 6 de febrero de 2020

Diferente

Las batallas se pierden con el mismo espíritu con que se ganan
Walt Whitman



      Trabajaba rodeado de mujeres. Por eso no era extraño oír, sin querer, alguna de sus conversaciones.

        El asunto preferido de ellas era hablar de los hombres y de sus infidelidades. A veces, se metía con ellas, le encantaba provocarlas para observar sus reacciones entre alguna sonrisa y algún asombro. Con él, estaban muy a gusto, podían conversar abiertamente porque lo consideraban un ejemplar muy raro.

¡Quién les diera a ellas encontrar un hombre así!

      No andaba detrás de las faldas, era un marido devoto y apasionado, un hombre que vive una relación que duraba más de veinte años.

        Confiaban en él, lo buscaban, pidiéndole su opinión cuando se sentían más vulnerables. Todas tenían problemas amorosos: una era demasiado creyente e ingenua, otra se sentía víctima de su amor, estaba también aquella, que se apasionaba por encontrar su pareja ideal, obsesionada de que esta vez fuera para toda la vida.

       Le encantaba conversar con la secretaria, mujer de una belleza serena, inteligente, mujer de gran sensatez. Aún así, parecía vivir angustiada por no entender la falta de interés que le mostraba su esposo, que prefería la compañía de mujeres mucho más jóvenes.

   El era diferente y, por eso mismo, las mujeres lo respetaban, lo adulaban y se esmeraban en agradarle sin condición. Era la personificación de lo que ellas idealizaban en un hombre.

    

     No es que fuera menos masculino que los demás, que no tuviera los mismos deseos. Apreciaba a las mujeres, le fascinaba fotografiarlas captando su sensualidad, en su abandono sublime y provocador de sus cuerpos desnudos.           Fantaseaba , a veces, pero solo era eso, una mera fantasía, un devaneo imaginario. Hacía honor a la solemnidad de los votos del matrimonio, creía en el amor vivido en transparencia, sin subterfugios, creía en el valor del compromiso, creía en una relación sin falsedad.

           Presumía de ser feliz, estaba satisfecho, más había momentos en que tenía sus dudas.

¡Que diablos! al final era un ser humano, con todas las flaquezas y dudas, inherentes a esa condición.

                Vivía una vida familiar donde los momentos altos pesaban más que los bajos, sin grandes rasgos de entusiasmo, pero en armonía y equilibrio. Sentía la seguridad de una unión estable con la mujer de la cual se había enamorado, cuando aún era un adolescente. No se podía quejar.



                 Por la noche, después de un día de trabajo y de escuchar las incesantes tragedias de sus compañeras, se acurrucaba en los brazos de su amor, reposaba la cabeza en su regazo , ella jugaba con su cabello , lo besaba, sonreían. No era la misma pasión de los primeros años, pero con todo, había un cariño que él no cambiaría por nada de este mundo.

            En los brazos de su mujer, con los ojos cerrados, sonreía al pensar que ella era feliz con el, que ella no tenía motivos de queja como aquellas compañeras de trabajo. Sentía un cierto orgullo y su ego permanecía intacto.


Sabía, entonces, que valía la pena ser un hombre diferente.

       


     Eso fue lo que  pensó hasta descubrir la deslealtad de su esposa y darse cuenta del engaño en el que había vivido los últimos cinco años.
 


25 comentarios:

  1. Muy de acuerdo con que las fantasías puede ser inspiradoras. Y forman parte del ser humano.
    No tan de acuerdo que la fidelidad sea un valor tan incuestionable, que el no acatarlo sea deslealtad.

    Besos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Demi
      Cada pareja establece sus propias reglas de convivencia. Lo que para unos es una traición imperdonable, para otros no lo es
      Este texto lo escribí hace ya bastante tiempo, a modo de reto en un foro donde la mayoría de escritos eran de hombres infieles, y de mujeres "resignadas "
      Soy bastante inconformista, lo plano me aburre, de ahí como te comento más arriba el hacer este relato

      un beso y gracias por venir

      feliz jueves

      Eliminar
  2. Nunca hay que dar nada por hecho.

    El se sabia complacido. Parece que ella no.

    Me gusta charlar con mujeres que me tienen confianza y me cuentan. En eso me siento identificado con tu prota.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Guille

      Exacto!

      Dar por hecho que se hacen las cosas bien, no significa que se hagan

      como dice el refrán : quien tiene tienda que la atienda o si no que la venda

      Por cierto a mi también me gusta charlas con hombres, que me cuenten y les cuente jajaja


      un beso cómplice

      Eliminar
  3. Vaya, parece que no vale la pena ser así... Si se parece al chico que se ríe en la foto me ofrezco para consolarlo, jajajaja.

    Perdona la frivolidad, MaRía. Me distrajo demasiado esa foto.

    En cuanto al relato, ya sé que la pasión de los primeros tiempos no es eterna, pero tal vez él debía haberse preocupado y ocupado para no tener una relación tan "calma".

    Biquiños

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me ofrezco hasta yo! Fíjate!!! jajajaja

      Eliminar
    2. Alís & Laura

      jajaja terribles y adorables

      si es que el nene de la foto enamora con esa sonrisa !

      besitos a repartir

      Eliminar
    3. Alís

      El truco de cualquier relación está en sorprender cada día

      no hay peor muerte que la desidia

      al menos para mi

      Un cesto de besos !

      Eliminar
  4. Independientemente de que sea un hombre o una mujer, coincido con el gran Whitman: es mas importante la lucha que el triunfo o la derrota.
    No hay amor que se mantenga a lo largo del tiempo, si no se mantiene día a día, si no se lucha cada día. Seguramente ni una de esas noches, le preguntó a su pareja cómo estaba..... llenito de otras historias que cada día escuchaba. Y daba por hecho, lo que no había.

    Me ha encantado que la historia por una vez se plantee desde el otro lado.

    Besos a mares, MaRía.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Carmela

      Bien cierto lo que opinas. Ya se sabe que solo valoramos en su justa medida lo que tenemos cuando ya lo estamos perdiendo. Cuidar los pequeños detalles es un arte , y por supuesto también que sin decir gracias se note que se reciben con alegría y cariño.
      Hay personas que se acostumbran también a recibir halagos que ya no los valoran como una muestra de cariño, si no que piensan que se los merecen por como son .
      En fin no quiero extenderme demasiado porque me vienen a la cabeza demasiadas situaciones que no vienen a cuento a estas horas

      besitos hasta tu orilla Carmela

      :)

      Eliminar
  5. Lamentable que a él no lo respetara su mujer.
    Gracias.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sara

      Lo ideal, lo correcto es que ambos hablasen , compartieran sus inquietudes, sus ausencias, sus necesidades, seguramente no se hubiera dado esta situación
      Si hay amor no hay fisuras para que entre un tercero pero... el amor si no se cuida se apaga .. se diluye y una persona , sea hombre o mujer necesita sentirse vivo, deseable, apetecible, atractivo... y un largo etcétera que muchas veces la convivencia solapa y/u opaca

      Un besito y buena noche !

      Eliminar
  6. A veces, resulta menos complejo ayudar a buscar salida a las situaciones de los demás, que ver las propias ... como le sucedió a tu protagonista, no se dió cuenta de que no todo iba tan bien en su relación. Nadie es perfecto !
    Saludos ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Artur
      Mucha veces esa empatía con lo externo oculta una gran soledad o un vacío interior. Hay personas que " coleccionan " amigos pues solo así se sienten queridos, sin valorar el verdadero cariño, el que nace del corazón, no se puede quedar siempre bien con todo el mundo.
      Ya ves , mi protagonista por tanta empatía no empatiza con quien de verdad parece que le importa
      La perfección no existe y si existe es debe de ser muy aburrida

      un beso

      Eliminar
  7. Empezamos con Whitman y parece que comparamos las relaciones de pareja con una guerra, seguro que algunas lo puedan parecer, y que la culpa sea de las infidelidades, pero yo he leído el reverso, un hombre engreído y pagado de el mismo al sentirse sabedor de que su mujer es la única que nunca se quejara de él ante otras amigas. Y es que en su presunción no deja espacio para valorar que no es perfecto. Por eso el final es genial y la imagen/gif muy buena. Abrazos

    ResponderEliminar
  8. Ofrecer tu fidelidad en el amor esperando que te correspondan, no basta lo que se quiere hay lucharlo, ganarlo, merecerlo incluso saber perdonarlo.

    El amor es solo para valientes guerreros que tienen una imaginación diferente.

    ResponderEliminar
  9. Todos somos víctimas y victimarios al mismo tiempo... Es nuestra naturaleza

    Paz


    Isaac

    ResponderEliminar
  10. Uy me dio pena esta historia, porque él la amaba y respetaba y ella no. Y vivían en un engaño. Muy buena entrada , te deseo un buen fin de semana

    ResponderEliminar
  11. Estaba muy seguro del amor de su mujer, pero a ella algo le falto..... Un gusto leerte, saludos.

    ResponderEliminar
  12. El amor es de quien trata con mesura y cariño y sabe perdonar, pero cuesta y así va el amor.
    No importa que seamos derrotados, lo que nos levanta día a día es la lucha.
    Hay mujeres, y más de lo que pensamos que no respetan, aunque es cierto que suele ser el hombre pues suelen ser más posesivos.
    Feliz día amiga.
    Un beso

    ResponderEliminar
  13. Generalmente aquel a quien las mujeres lo ven como un ejemplar marido, no lo es.
    Son las máscaras que algunos hombres se ponen para disimular su miedo a la aventura
    Entonces no es raro que su esposa, buscase fuera de casa, algo que el esposo le negaba
    Los hombres que usan máscaras, perdonan las infidelidades, porque tienen miedo también al cambio.

    Besos

    ResponderEliminar
  14. Está más que demostrado que no es oro todo lo que reluce, querida María. La confianza en más de una ocasión se transforma en rutina y la rutina en desidia


    mi beso

    ResponderEliminar
  15. En el fondo es un sentimiento de insatisfacción... ¿o no?

    ResponderEliminar
  16. Me ha dado hasta pena el protagonista... ya no quedan hombres así 😉 o si los hay, están bien escondidos.
    Para una historia que ocurre al revés (que no es lo normal...) me ha salido el diablillo que llevo dentro ...miralo, aquí está, en mi hombro izquierdo... te está saludando con la manita.
    Besitos preciosa.

    ResponderEliminar

Bienvenidos a este rincón , donde un susurro, una huella, una mirada , un silencio siempre serán acogidos con cariño y agradecimiento

Extraño

Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Buscar este blog