
Yo notaba palpitante,
la vida que presentía
entre láminas de sangre,
de una antigua profecía.
Esa exactitud azul,
sobre ese mar nunca en calma
que me devuelve la luz,
Si tuviera que escribir una carta de despedida para ti y para la vida, lo haría bajo las notas de una hermosa canción.Lo haría mirando mis manos, de vez en cuando, bajo una luz que acaricia mis dedos.Sin lágrimas y en mi cara una embriagante sonrisa .
Te diría algo que te hiciera sonreír y te diría, por supuesto , cuanto me encantó verte reír, sentirte feliz; cuanto amé tu voz, cuanto me envolvieron tus abrazos.
Intentaré no olvidar nada ni a nadie, donde tantos instantes han hecho ovillo en mi corazón, donde la memoria de los sentimientos es indeleble, perenne. Lo haría y sé de antemano que más de una lágrima se escaparía besando con ternura la comisura de mis labios
Y también te diría, a costa de no parecer creíble, que este mundo es hermoso y que la vida es un sueño, por tanto, y permite que lo haga, te aconsejaría que la vivieras hasta el final.
Sé que este sol es un columpio, viene y se va, pero estoy segura que siempre permanece
Existir es complicado, pero para algunos parece simple: tienen el sol siempre bien cosido a su corazón, incluso cuando se lo quitan, saben cómo y dónde encontrarlo.
Si tuviera que escribirte una carta de despedida para ti y para la vida, lo haría sin dejarte, todo aquello que he sentido por tí. Intentando cortar esos flecos de dudas que siempre permanecieron entre los dos.
Te abrazaría tan fuertemente como nunca antes lo he hecho y aunque te resulte contradictorio con la suavidad de quién acaricia un recién nacido
Me gustaría, terminar con un adiós, escrito en un susurro; un cálido adiós, solo un susurro
Un adiós que no se rompe en la garganta sino que se desliza líquido y se inyecta en el corazón, para que no te golpee demasiado fuerte
María©
pd/ Iré feliz con la convicción de que no estarás triste
*La primera imagen es de mi propiedad y corresponde a la Isla del Castillo de Sta Cruz