¿Qué hago aquí?
Recordaba haberse preguntado la misma cosa a miles de personas distintas, personas que hacían cola al otro lado de su espejo para darle los buenos días y lavarse el rostro ante sus ojos. Personas que nunca se repetían y que cada día esperaban respuesta diferente a su pregunta, pero sin obtener ninguna en realidad.
Nunca había sido tarde para nada ni tampoco lo contrario, pero en multitud de ocasiones por su mente viajaba esa fortuna temporal del viajero impaciente, como una especie de apremio que en realidad, tampoco tenía sentido, como otras tantas cosas.
Decidió que la barba no le quedaba bien y se preparó para afeitarse.
Primero enjabonó la brocha, como tocaba, con movimientos circulares y observando como como subía el bizcocho de jabón, sin necesidad de levadura. Luego se mojó la cara con un poco de agua caliente, y comenzó, primero el cuello, a contrapelo, luego subió hacia la barbilla y podía escuchar el sonido de la cuchilla al rasurar - rsss, rsss, abrasivo-; después las mejillas y las patillas, que se le enrojecían a cada viaje de cuchilla; y por último el bigote, ajustando la mano a los rincones, los rincones de su nariz, de su boca, pero en el último instante un mínimo error y se cortó. ¡mala suerte!, un mínimo tajo en la comisura de sus labios, pero suficiente para manchar la pila blanca donde yacía la brocha enjabonada.
¿Sería posible que alguna vez lograra eliminar las asperezas sin que saltara ni una sola gota de sangre?
Quizá no, pensó para sí
Notas
Las imágenes corresponden a la película "Cuéntame tu vida" (Spellbound) dirigida por Alfred Hitchcock en 1945, creadas por Salvador Dalí y protagonizada por Gregory Peck e Ingrid Bergman.
Música recomendada :Preludio Cavalleria Rusticana
Es el paso repetitivo que se da día tras día, en ocasiones un hecho hace que sea un poco distinto y otras veces sencillamente pasa y continúa como si nada, y así lo es en todo, incluso con las personas que nos cruzamos a diario, las miramos y las vemos pero en el fondo no sabemos siquiera como eran, no hay más que intentar recordar a quien nos hemos cruzado hace un momento tal vez antes de entrar a comprar el pan y seguramente nos resulte imposible ponerle un rostro definido.
ResponderEliminarMe encanta este tu otro blog, aunque ya bien sabes que desde siempre me ha gustado.
Besitos!!!!!!!!!!
Es impactante, pero a veces nos preguntamos quién es ese/esa que nos mira desde el otro lado del espejo. Quizá porque en nuestra mente tenemos una imagen distinta de nosotr@s mismos y al ver la realidad nos deja confus@s.
ResponderEliminarUn besote
No me gusta que me espíen cuando me afeito,claro que...tratándose de ti, espía todo lo que quieras. La próxima vez espero no cortarme ,eso me ocurrió por... ¡Pensar en ti!
ResponderEliminarBesos.
André
Primero quiero decirte que sé que te gusta, además creo recordar que nos conocimos en este :P, en una historia que nunca llegué a terminar.. tal vez este otoño la retome, porque dentro de poco va a cumplir un añito.
ResponderEliminarEn cuanto a lo que me comentas de las personas que nos cruzamos por la calle, con las que coincidimos en la panadería, en el super o en cualquier otro lugar, tienes razón, aunque te confieso que alguna vez me metido la pata hasta el fondo, preguntado
-¿Tu no eres fulanito el de...?
NO, se ha equivocado
No sé porque motivo cuando una persona se dirije a otra que en un principio no le es conocida, mira a su interlocutor ( por denominarle de alguna manera) con cara de pocos amigos, y es que nos estamos volviendo un poco antisociales, o por lo menos esa es mi humilde opinión.
Bueno, creo que me fui por las ramas.. como de costumbre
Un besito y gracias por venir
Nena yo últimamente ando tan perdida que no me reconozco en mi espejo interior, hay demasiados frentes abiertos, tantos que cuando veo mi reflejo en el espejo( me refiero al interior) llego a asustarme, debo de estar mutando a bruja con verruga incluida
ResponderEliminarUn besito
ohhhhhhhh André Me has pillado, cachisssss¡¡¡¡, reconozco que soy un poco voyeur, pero solo miro a la cara, jajaja
ResponderEliminarpd/ para reyes te regalo una maquinilla eléctrica, aunque para mi tiene más encanto la brocha y la cuchilla
Un besito y gracias por permitirme espiarte
Ay, y que harán los espejos cuando nadie los mira...
ResponderEliminarPreciosas tus palabras y precioso tu blog, amiga. La imagen de la cabecera me encantó
Un saludo
ANTIQVAMuchas gracias por tu visita y , como no, por tus palabras
ResponderEliminarLos espejos.. a saber que hacen cuando nadie busca su relejo, creo que se ríen a carcajadas.
Encantada de que te agrade la foto de la cabecera, después de ver tu blog, es un honor y un placer
Un abrazo enorme
Vengo de tu otro blog, ya que como no has publicado nada, para no volverme a repetir en los comentarios (sino ya saldría triplicada y aburriría) jajaja, pues me he fijado que tienes un nuevo blog, y te doy la enhorabuena por él, me ha encantado, Coté, y ahora lo enlazaré a los míos.
ResponderEliminarVeo que éste blog se trata de relatos o micros, y el que has escrito, a la vez, nos hace reflexionar.
Cuando nos miramos ante el espejo, algunas veces ni nos vemos, porque aunque nos estemos mirando, estamos en otro sitio jajaja pensando en algún problema, o en lo que hemos hecho o vamos a hacer, etc, y hacemos muchas veces las cosas automáticamente, no me extraña que después pase lo que pase.
Se te da genial escribir relatos, Coté, felicitaciones por tu excelente trabajo.
Un beso enorme.
Todos los días nos ponemos frente al espejo intentando que la imagen reflejada sea la de nuestros deseos.La mayoría de los días no lo conseguimos....
ResponderEliminarUpssss ahora que recuerdo.... hoy no me afeite...
Besos.....
Hola María; bienvenida a mi otra casita, aunque te diré que tiene el mismo tiempo que el que ya conocias, vamos casi un añito, aunque la verdad es que lo tuve bastante abandonado un tiempo ( por varios motivos, que he expuesto en el otro)
ResponderEliminarY tu YA sabes que NUNCA te repites ni te haces pesada ni nada, de nada, todo lo contrario, es un placer verte querida amiga.
Lo de mirarse poco, tienes razón, yo antes, de jovencita, me pasaba horas delante de él y no porque me me hablase, si no porque entre los puntos negros, la depilación de las cejas, el mirarme los dientes y todo eso que hacemos de jovenes, como el ""practicar posturas" :P ahora lo hago menos no se si es que me asustan las arrugas o es que el tiempo lo prefiero aprovechar en otros menesteres
Gracias por venir, e insisto nunca TE REPITES NI TE HACES PESADA, TODO LO CONTRARIO
BESITOSSSSSSSS
jajaja Vicente siendo las ocho y media de la mañana puede ser que todavía tuvieras tiempo a hacerlo, o tal vez... llevas barba ...uysssss a saber
ResponderEliminarUn abrazo enorme y bienvenido a esta tu casa
A veces mirar por la ventana puede ayudar un poco a no derramar una sola gota de sangre. Casi siempre el cielo es algo que se olvida mirar en los cuentos de grandes interrogantes
ResponderEliminarJuan Camilo, me alegra tu vista a esta tu casa, si lo deseas.
ResponderEliminarTienes razón en lo que dices, yo miro al cielo,sobre todo cuando necesito liberar lo que me prende el alma
Un abrazo
Un placer leerte
ResponderEliminarGracias por tu visita Recomenzar te conozco desde hace tiempo, aunque te perdí la pista, cuando abandoné los blogs.
ResponderEliminarIré a visitarte pronto
Un abrazo
Sin duda siempre resulta doloroso e hiriente limar las asperezas,tanto las del cuerpo como las del alma, pero qué placer cuando lo logramos y podemos regalarnos a los otros en la más suave de las caricias.
ResponderEliminarBesos
Narci, efectivamente cuesta limar esas asperezas,dependiendo del arraigo de las mismas, claro que como bien dices, uno se queda la mar de suave
ResponderEliminarGracias por tu visita, un placer verte por este blog