martes, 5 de noviembre de 2019

En los límites de su memoria - Soledad


Subo al tren del pasado.
me conduce
al sitio en que se borra la memoria


Jose Emilio Pacheco




La soledad, es a veces esa vieja del visillo, que nos mira a través del cristal, unas veces opaco, cómo tratando de suavizar aquello vivido, momentos duros o sencillamente que añoramos.

Otras se nos muestra tan impoluto que nos muestra el hoy, el momento justo, a la hora justa

Soledad, se viste de tantos matices como sensaciones podemos sentir en nuestro corazón: melancolía, alegría, sueños, quimeras, metas...

Hoy se vistió de preguntas, esas ella y yo sabemos de antemano que no tendrán respuesta

Y aunque es silencio, te susurra una canción que se repite en bucle, qué suena y suena dentro de tu mente, como una cruel tortura

Soledad fiel compañera, leal siempre y cómo yo vestida según la ocasión

Soledad se pinta los labios de carmín, seductora musa de mis mañanas


María
29/11/2018



¿Qué significan esas hojas muertas,

bronce fundido en la lluvia que arrastra el año

por el río del otoño?

 No significan: son.

Les basta ser y acabarse. 

Jose Emilio Pacheco

fot: Maya Sir






             En la oscuridad y con el mal tiempo, la calle empedrada parecía confusa, casi intransitable, se iba difuminando por la crecida de los charcos de agua.

         En ocasiones, la visión era más nítida, gracias a los faros de los coches que pasaban, con su lento caminar a causa de aquella noche desapacible.





         Se imaginaba la cara de asombro de los conductores, transitando en medio de aquel aguadero torrencial.

Enojada y sin paraguas corría por las aceras intentando esquivar algún que otro chapuzón.


         Seguro - se dijo- ellos también están enojados al verse obligados a ralentizar la marcha e incluso desviarse y tomar la estrecha calle de la izquierda para poder sortear aquellos inmensos charcos.

        Se asustó al ver su sombra inclinada que se extendía desde sus pies hasta unos diez metros por la carretera, y luego seguía trepando por las paredes de las casas perdiéndose en los picos de los gigantescos cipreses que bordeaban la costa.





           El aumento de la incesante lluvia, le obligó a buscar refugio en un  caserón, grande y vacío. Eran unas enormes ruinas de piedra que a menudo espiaba desde la ventana de su dormitorio. 


        La soledad impulsaba su imaginación viendo sombras errantes por toda la estancia a través de la gran ventana arqueada de oscura madera situada a lo larga de la cubierta inclinada.





(Fragmento de "En los límites de su memoria ©" ; MaRía)




Extraño

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