miércoles, 5 de marzo de 2014

El espejo; 1ª parte

   Escuchando:
A house is not a home -Sarah Vaughan 


  Hacía ya un tiempo que cada día al pasar, camino de mi trabajo, por delante de aquella casa, algo me llamaba la atención. Era como un imán que me llamaba, pidiéndome que me acercara a aquella ventana.


      Era una casa de estilo neo-clásico, de las pocas que quedan ya en el centro de mí ciudad, aparentemente destinada a vivienda a pesar de ocupar uno de los solares más codiciados por las grandes constructoras dada su situación privilegiada. El adoquinado de la calle hacía que mis pasos fueran firmes y a la vez extremadamente cuidadosos, eso debió también ser uno de los motivos de recrearme en aquel ventanal.


     Aquel día me acerqué más de lo habitual, miré fijamente apoyando las manos en los cristales, apenas podía ver lo que escondían aquellas paredes; unos visillos de elegante encaje y un enorme espejo eso era todo lo que pude ver. Así un día tras otro, hasta que el destino quiso que viera salir de aquella casa a un hombre, era alto, no muy joven, de porte elegante y pelo canoso, mientras estaba ensimismada contemplando aquel espejo. Sin pensármelo dos veces me acerqué a él, y antes de darme tiempo a mediar palabra me dijo:


-Buenos días, la estaba esperando, venga vamos a desayunar. Es costumbre de hace años tomar el café en Kir's mientras ojeo la prensa diaria.


Cortada por la situación, sin saber que decir, lo único que hice fue seguirlo medio paso tras de él.


     Ya en la cafetería pidió dos desayunos, no sin antes cortésmente preguntarme por mis gustos, leía la prensa comentado las noticias: encomia, política, local; me sentida ridícula, apenas hablaba asentía con la cabeza. Mi cuerpo temblaba como una niña, y mi cabeza no dejaba de imaginar, de pensar que narices hacia yo delante de aquel desconocido, desayunando y casi sin hablar.


-Mire....-Ana, me llamo Ana-Mire Ana, hace un tiempo la vengo observando, sé que usted a mí no me ve. Pero la veo pararse delante de mi ventana, intentando ver algo, descubrir lo que esconden mis visillos y quedándose un buen rato mirando a mi espejo. ¿No es así?. No diga nada, eso tiene una explicación, me refiero a que usted se sienta atraída por El, pero aquí no es el lugar idóneo para contarle la historia de Mi Espejo, sólo quiero decirle que es especial, tan especial como usted. Cuando terminemos de desayunar , iremos a mi casa y sabrá de que cualidad le hablo. Sé que no necesitará muchas explicaciones para entenderlo y los acontecimientos se sucederán solos.


     Aquella conversación, me aturdió todavía más, miré el reloj y de dije que era imposible, que tenia que acudir a mi trabajo.Cogiéndome la mano , me dijo que no pasaba nada, que no tuviese miedo, que iba a ser una experiencia única, única como yo, que sabía que yo lo deseaba y que el destino no se podía cambiar.


     Mirándolo asentí con la cabeza, llamé a mis despacho y a continuación nos dirigimos a su casa.


Y es que a veces lo que se ve en un espejo es lo que deseamos ver...


 continuará...?

16/10/2009
María L.
Fotografías: Karel Kuehne

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Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

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