Sabe que a veces es complicada, que reacciona de manera imprevisible, que calla cuando todos hablan, que llora cuando escucha a lo lejos carcajadas.
Sabe que puede resultar intolerable, imposible, cuando siente esa necesidad de huir, de todo, de ella
No lleva muertos en su mochila, sólo sentimientos, momentos, instantes, en soledad y compartidos,
a veces, inevitablemente se le borra la sonrisa de un plumazo, sin quererlo, porque sabe que cuando eso pasa puede hacer daño
Entonces corre, corre, corre, o mas bien huye porque hay silencios que abrazan y otros pueden ser un foso de futuras sepulturas.
Escucha los gritos de la turba aullando: lleva demasiados muertos a sus espaldas
Y piensa que tal vez sea verdad, que no soporta más gritos, ni más muertos, ni lágrimas de infelicidad
Agarra su mochila y se va con su soledad
MaRia ©
17/09/2018
Amaba a los extraños.
hasta el punto de sentir el alma vacía
y caer en el dolor lacerante
que mata
que mata con fuerza, violencia,
que mata varias veces
que mata la muerte
Amaba, amaba tener miedo,
amaba a los que nunca conoció realmente,
los que permanecieron allí, en el umbral del sueño,
los que no se sacudieron el cosquilleo tibio
que no abrieron los ojos, mostrándole llamas apagadas,
realmente amó a los que acariciaron su mente con su mente
que abrieron sus piernas con el sol palabras
amaba a quienes recogían sus lágrimas en lágrimas
y las besó en silencio
en silencio
amó a extraños toda su vida.
Fotografías: Margarita Kareva