viernes, 9 de mayo de 2014

Balada de invierno para una musa con premio

   Escuchando:
Jonas Kaufmann- Amor ti vieta
Stacey Kent _ So Nice 
     Las luces del coche apenas trepanaban el betún de la noche, alumbrando lo imprescindible para mantenerme en el gris alambre del sendero, lleno de quiebros, de cambios de dirección y de pontones torcidos. 

        Hacía varios años que no visitaba el pueblo y le  sorprendió el progreso experimentado: habían asfaltado las calles, instalado farolas, colocado señales de tráfico y adecentado las fachadas de las casas. Donde antes se encontraban las afueras, los barrizales de tierra roja y los hozaderos de los puercos, ahora ondulaba una pradera de césped y al fondo, entre plátanos recién plantados, se levanta un hotel nuevo, la Pensión del Silencio.
      
 Todas aquellas transformaciones le  parecieron irreales decorados de una película de bajo presupuesto. En el aparcamiento, antepuesto a la entrada principal, sólo había aparcado un coche, oscuro y quieto como una criatura más  de la noche. Seguía nevando y los copos dejaban dislocados surcos en el parabrisas y se deslizaban presurosos hasta desaparecer con el calor del motor.

    Paró el coche a la entrada y cuando salió él se encontró con la desagradable sorpresa de haber pinchado una rueda. Maldijo en todas las lenguas que sabía, que son varias, cuando recordó  que su  gato se lo había prestado a su  ex, porque en una de sus excursiones profesionales extravió el suyo. De estas guisas entró en el café de la Posada del Silencio. Se acercó  a la barra y al girar la cabeza la vio.

        En el fondo del salón, de espaldas y mirando por los ventanales, había una mujer. El pelo le caía como un vertiginoso atardecer sobre su jersey, mientras unas leves volutas de humo ascendían por delante de ella hasta perderse.

---Continuará----


Desde aquí quiero agradecer a Tatu que desde su blog Fantasías Tatuadas , ha tenido a bien otorgarme un premio, un cariño, un guiño. Hace unos meses que la conozco pero es de esas personitas que te llegan al corazón de una manera casi inmediata, así que si no la conocéis, sinceramente, os estáis perdiendo una gran persona que escribe de maravilla.


. Sí queréis saber un poco de mi aquí obtendréis la respuesta:


Gracias por vuestra huella 
y por vuestra presencia
Besos a mares
MaRía


viernes, 25 de abril de 2014

El Espejo (Epílogo)







          Con sus manos atadas en la nuca, la sensación de poder que ella había empezado a sentir, aumentó tanto como su excitación. Con calma le quitó los zapatos y los calcetines. Le bajó los pantalones hasta los tobillos y se los quitó también.

         Su miembro delataba su excitación, aunque él no parecía demostrarla. Le atraía como un imán y estuvo tentada de acariciarlo, pero se contuvo. Le quitó, por fin, su prenda más íntima, y observó su desnudez. A pesar de la diferencia de edad, se sentía totalmente atraída por ese hombre.

Le sugiero que, si va a utilizar el cinturón, me quite antes la camisa


En la estantería donde se amontonaban los libros y junto a otros objetos, vió una daga de plata repujada. Se acercó a cogerla, la sacó de su funda y comprobó su filo.

Con una sonrisa, inquirió con la mirada a su maniatado anfitrión

- No se prive, estoy en sus manos


        Con la ayuda de la daga, la camisa quedó en unos segundos hecha unos jirones. Cortes superficiales en la piel empezaron a sangrar ligeramente En ese momento, su única vestimenta era el cinturón del batín.

      Sin avisarle, ella, descargó un golpe en sus nalgas con el cinturón. Él mordió su labio inferior por que sabía lo que venía a continuación, y le gustaba

- Su visión se va a realizar - le dijo


      Y mirando hacia el espejo comenzó a azotarlo con una cadencia, como si un metrónomo marcase el ritmo de sus golpes.

Plas – plas – plas - ……

        Al principio no notó nada, pero a medida que se iba cansando, vio algo diferente en el espejo. La visión no era tan nítida como antes, pero no le dio importancia.

      Él había aguantado estoicamente, sin que su virilidad se viese resentida, muy al contrario, su miembro parecía haber aumentado su tamaño.

      Le hizo arrodillarse, lo tomó del pelo y, forzando su cabeza hacia atrás lo besó con furia. Su lengua, buscó la del hierático hombre que la había trastornado. No comprendió su falta de respuesta, y eso la enfureció.

- ¿Qué pasa, ahora no le gusto? - Le gritó en su cara

El no respondió, y mantuvo su expresión.


       Mientras lo agarraba por el cinturón que sujetaba sus manos, tuvo unos instantes de lucidez en que no se reconoció en ese papel. Jamás había tenido aficiones sado-masoquistas. Más bien era tradicional con el sexo. Pero algo le impedía parar.

      Busco un sillón para sentarse y continuar con la visión del hombre, que se había fundido con la suya. Ya no podía distinguir donde empezaba una y acababa la otra.

      Lo  frente al espejo, abrió sus piernas y obligó al hombre a meter la cabeza entre ellas. Se encontraba completamente mojada por la excitación.

Su monte de Venus estaba depilado y la lengua que minutos antes le había sido negada, empezó a recorrerlo lentamente.

Le soltó el cinturón para tener mejor movilidad y se dispuso a disfrutar mirando al espejo.


     Esta vez vio sin ninguna duda que en el espejo había un halo que impedía ver con nitidez su reflejo. Pero eso no importaba, la lengua extraña recorría su vagina con la misma cadencia que había recibido los golpes. Sus gemidos aumentaron en intensidad indicando la proximidad del momento deseado.

El momento del orgasmo le llevó sensaciones desconocidas, hasta entonces para ella. Solo duró unos segundos, pero pensó que había tocado el cielo.

- ¿Se encuentra bien?


Mientras ella se recuperaba, escuchó la pregunta que le hacía

- Ssssi – respondió, todavía en una nube.


         Él se levantó, retiró el sillón y la tumbó en la alfombra. Sin preámbulos, se acostó encima de ella e inició el juego amoroso, con un vigor inusitado para su edad. Ella resistía como podía sus envites que le transmitían a la vez placer y dolor. Sus manos recorrían su espalda humedecida por la sangre de los cortes, tiñéndolas de rojo

Giró su cara y pudo ver como el halo del espejo parecía haber cobrado movimiento.

       Se asustó y cuando le iba a decir que parase, nuevas oleadas de placer la invadieron, a la vez que notó que él también había terminado.

     Se sumió en un sopor irresistible. Estaba muy cansada y solo quería dormir.

Cuando despertó, él se había marchado y el espejo había desaparecido. Se vistió y salió a la calle.




     Al pasar por un escaparate, vio reflejado su rostro. Volvió sobre sus pasos para confirmar lo que había visto. Su juvenil aspecto, había desparecido. Representaba , al menos diez años más que los que tenía.

Al día siguiente volvió.

Parecía deshabitada.

     Preguntó y le confirmaron que llevaba vacía muchos años y que existía una leyenda sobre un antiguo dueño de esa casa, aficionado a prácticas ocultistas, que utilizaba un espejo, traído de uno de sus viajes a Oriente, para atraer a mujeres a las que seducía para robarles su juventud.




Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

miércoles, 2 de abril de 2014

El espejo, 4ª parte - la espiral-




Contemplando aquella escena me había olvidado por completo del mundo exterior , no sé el tiempo que pasé allí delante de el, pero a deducir por la cara de aquel hombre no debió de ser poco. Aturdida, por todo aquello me costaba hablar.


Notaba como ese desconocido  me recorría con la mirada, me sentía como en la imagen del espejo, desnuda ante él.


- Debió gustarle lo que ha visto ¿no me lo quiere contar?

Seguía sin poder hablar, nerviosa miré el reloj. Buscaba una escusa para marcharme pero no quería irme, deseaba que aquella imagen fuera real. ¿Cuánto tiempo había estado el detrás de mi? ¿Que era lo que el veía?


- Perdone, me distraje, pensará que soy una maleducada, usted me ofrece su hospitalidad y yo me pierdo en mis pensamientos. Le ruego me disculpe. 

Me pidió de favor que le comentase lo que veía en el espejo, que necesitaba saberlo. Me dijo que muchas veces a él también le pasaba lo mismo, era como si el  lo trasladase a un mundo de fantasías.


Me tomó la mano y me invitó a sentarme de nuevo en aquel sofá Yo seguía callada, le miraba y al mirarlo volvía a desearlo.


-Se lo que ha visto, o lo intuyo, no se moleste sí me equivoco y quiero dejarle claro de antemano que no pretendo ofenderle en ningún momento. Pero ya que usted calla, le contaré mis visiones.




         Diciéndome esto posó suavemente una mano en mi muslo, notaba el calor de su mano a través de la tela del batín, mi corazón se aceleraba, un sudor frío recorría todo mi cuerpo y mis pechos me dolían, me dolían como hacia mucho tiempo que no me sucedía. El me hablaba, me contaba, me acariciaba y me deje llevar, llevar por lo que deseaba, por lo que había visto. Cerré los ojos, me desabroché el batín y comencé a acariciarme los pechos disfrutando de sus palabras. De pronto algo frío corría por mis pechos lo que me hizo abrir los ojos de inmediato. Una piedra de hielo en sus manos fue el detonante de mi decisión e inmediatamente me ergui.




-Estoy en inferioridad de condiciones. ¿no cree?

     Me acerqué y poco a poco le desabroché su camisa, solté la hebilla de su cinturón , y le liberé de sus pantalones. Allí le tenía semidesnudo, ahora era yo la que iba a contarle detalladamente lo que vi. Cogí el cinturón del batín sujetándole las manos detrás de la nuca; su camisa desabrochada, su miembro a la vista; el callaba ahora, sólo observaba, me recorría con esa mirada lasciva y tierna a la vez.

- Bueno, ya que deseaba tanto saber lo que vi.. Lo verá y lo vivirá. ¿Tiene algún inconveniente? Puede ser que me lleve, mucho, mucho tiempo el contárselo...

Negó con la cabeza a la vez que hacía una mueca de satisfación y sonreía.


-Esta parte consigue efectos muy gratos en mi, pero ya que está usted enfadada supongo que lo que hará es ponerme así atado y sin pantalones, frente al espejo, y con el cinturón del pantalón, desahogar su furia, y ver que efectos consiguen sus golpes, y al verlo, coge mi cabeza con su mano derecha, me arrodilla, inclina mi cabeza hacia atrás y me besa en los labios. Esto unido a los golpes consigue efectos milagrosos sobre mi. Esto la excita. Se sienta en una silla, separa el batín y espera a que hunda mi cabeza en usted. Le gusta verme así, atado, delante de usted.Y en eso estoy.(Espero no enfadarla de nuevo, o quizá si. Se pone muy guapa cuando se enfada.)


Después de escucharlo me di cuenta que no eran dos escenarios: el real y el que yo vi en El, si no tres puesto que aquel hombre tenía su propia ""visión". El ambiente se tornaba casi tenso, un duelo entre dos y ruido del péndulo marcaba que era hora del siguiente paso.


Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

domingo, 23 de marzo de 2014

El espejo, 3º Parte - el secreto.

"Si deseas saborear tu virtud,
peca de vez en cuando."
Ugo Ojetti



         El hombre notó como mi rostro se encendía con su pregunta. Me miró al mismo tiempo que yo me levantaba con la intención de marcharme lo antes posible de aquella casa. Me tocó la mano y me invitó a sentarme de nuevo.

-Apenas le he dicho nada de el.

-Ya, pero ... todo esto es extraño, el estar aquí, usted y yo solos, creo que será mejor que me vaya.

-Espere. No me diga lo que vio, he sido muy indiscreto. Le contaré algo más a cerca de este espejo.

       Me volteé, le miré asintiendo nuevamente con la cabeza.Caminaba por toda la estancia a la vez que él me descubría otra de sus cualidades.

-El, no es realmente un espejo. Me explico, es un "falso espejo". Sí uno se pone delante de él se puede ver reflejado, pero detrás; detrás es diferente.

        Sacudí de nuevo la cabeza, no entendía nada, cada vez estaba más confusa y para disimularlo seguí ojeando lo que había en las estanterías: libros, cuadros, figuras extrañas y unos frascos de cristal finamente tallados que de nuevo despertaron mi atención, logrando que me olvidara de él por un instante.

-¿Que son?

- Aceites, aromas, esencias; suelo viajar habitualmente a Oriente Medio por temas de trabajo. Esos países me atraen, su comida y sobre todo los aromas muy diferentes a estos. Pero venga, siéntese, ¿comprende ahora su otra cualidad?

-Púes, no , si le soy sincera, no entiendo nada.

-Siéntese y mire a la calle.

        Efectivamente, desde atrás del espejo se veía la calle perfectamente, diría que hasta casi mejor que si estuviera pegada a la ventana.

-Así fue como la vi, como me fijé que usted se paraba ante el .

-Pero ¿como es que yo no me veía reflejada?.

-Sí hay alguien detrás, es un cristal normal, no refleja. Por eso a veces, cuando yo no estaba mirándola usted podía ver su imagen- ¿comprende?

-Sí, pero no. Bueno es igual, más o menos sí entiendo...

-Ahora venga conmigo.

         Nos acercamos de nuevo al espejo , ahí estaba de nuevo tumbada en aquel sillón frente a él que me miraba sentado en una butaca, alguien se aproxima, me dice algo al odio. Me levanto dirigiéndome hacia aquel hombre; le beso el cuello y me doy la vuelta me paro ante el de espaldas a la vez que la muchacha me brinda uno de los frascos de la estantería. Ya mas cerca del espejo comienzo a untar mi cuerpo con un liquido brillante, deduzco que es uno de esos aceites aromáticos de los que me habló. Estoy absorta , muda , me cuesta pasar la saliva.

-Eh señorita! ¿Que le pasa?

El hombre me devuelve a la realidad.

--/--- continuará


Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

jueves, 13 de marzo de 2014

el espejo; 2º parte .- En su casa

En su hombro había un lunar que nadie conoció .
Su cuerpo fue un planeta inexplorado
Su piel fue un paquete sin abrir.
No pudo entender el erotismo del poema
y la pornografía no fue mayor problema de moral
no conoció los besos de zaguán
ni los hoteles de ocasión.
En suma
la que murió virgen fue un equívoco de Freud
y vivió a medias.

Consuelo Tomas





       Nos dirigíamos a su casa, yo medio paso más atrás. Un hormigueo invadía todo mi cuerpo, la intriga de descubrir que secreto guardaba aquel espejo, ese hombre que me resultaba tan inquietante y mis tacones por aquella calle adoquinada, apenas me permitían caminar con paso firme



       Mi cabeza no dejaba de pensar, ese hombre me hablaba pero yo apenas le oía murmurar algo, días atrás nunca hubiese imaginado lo que estaba haciendo

-¡Esto es de locos; ir a casa de un desconocido!


Me paré un momento. El enseguida se dio cuenta.


-¿Está usted bien? Si quiere lo dejamos para otro momento, tal vez tenga obligaciones que cumplir


-Sí, tengo que ir a la oficina, pero,pero- titubee-  no se preocupe hago una llamada y todo solucionado, una vez que estoy aquí.


Mi voz temblaba, me dí cuenta y eso todavía me puso más nerviosa - lo ha notado-


-Bueno, ya llegamos; las damas primero.




      Me abrió la puerta de aquella habitación, allí estaba , el espejo, aquel espejo misterioso que me atraía ahora más que nunca y que sin embargo no era capaz de acercarme a él.


-¿Quiere tomar algo? ?¿un café, un chocolate, una infusión? Dígame.


-Sí gracias, un café con leche me vendría bien, hace un poco de fresco.


     Ahí me quedé en aquella sala, observando y no viendo nada, bloqueada, temblorosa, casi paralizada por una especie de morbo. Era una pequeña sala, muy acogedora, una especie de biblioteca, con su mesa de despacho y un gran sofá de cuero negro capitoné junto a EL presidian la estancia. Casi de puntillas, para no hacer ruido caminaba, observaba, olía, tocaba. Hasta que me planté delante de el.





   


  Que curioso ahora sí, ahora sí me veía

-Tome aquí tiene.


     Ensimismada en mis pensamientos me giré de súpeto y el café se derramó sobre mi traje.


-No, nooooo -me dije- ¡seré patosa!


-Lo lamento, estaba usted ahí tan callada, mirándolo, pero no pensé que la asustaría.


Me trajo una especie de batín y me señaló una puerta.




   -Mejor cámbiese, no es bueno estar con la ropa así, puede cambiarse en esa habitación. En menos de cinco minutos limpiamos su ropa.

Allí estaba yo, con un batín, sentada a lado de un desconocido y en su casa.

      -Bueno, vamos a ver, aquí estamos los dos, mejor dicho los tres; ahora le contaré que secretos guarda mi espejo. Lo primero que me gustaría decirle es que en el  se ve lo que se desea ver. Usted ahora se ha puesto delante. ¿Ha visto  algo? ¿Le importa contármelo?

No podía, lo que vi, como iba a contárselo, a él, a ese desconocido. 



MaRía ©



Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

miércoles, 5 de marzo de 2014

El espejo; 1ª parte

   Escuchando:
A house is not a home -Sarah Vaughan 


  Hacía ya un tiempo que cada día al pasar, camino de mi trabajo, por delante de aquella casa, algo me llamaba la atención. Era como un imán que me llamaba, pidiéndome que me acercara a aquella ventana.


      Era una casa de estilo neo-clásico, de las pocas que quedan ya en el centro de mí ciudad, aparentemente destinada a vivienda a pesar de ocupar uno de los solares más codiciados por las grandes constructoras dada su situación privilegiada. El adoquinado de la calle hacía que mis pasos fueran firmes y a la vez extremadamente cuidadosos, eso debió también ser uno de los motivos de recrearme en aquel ventanal.


     Aquel día me acerqué más de lo habitual, miré fijamente apoyando las manos en los cristales, apenas podía ver lo que escondían aquellas paredes; unos visillos de elegante encaje y un enorme espejo eso era todo lo que pude ver. Así un día tras otro, hasta que el destino quiso que viera salir de aquella casa a un hombre, era alto, no muy joven, de porte elegante y pelo canoso, mientras estaba ensimismada contemplando aquel espejo. Sin pensármelo dos veces me acerqué a él, y antes de darme tiempo a mediar palabra me dijo:


-Buenos días, la estaba esperando, venga vamos a desayunar. Es costumbre de hace años tomar el café en Kir's mientras ojeo la prensa diaria.


Cortada por la situación, sin saber que decir, lo único que hice fue seguirlo medio paso tras de él.


     Ya en la cafetería pidió dos desayunos, no sin antes cortésmente preguntarme por mis gustos, leía la prensa comentado las noticias: encomia, política, local; me sentida ridícula, apenas hablaba asentía con la cabeza. Mi cuerpo temblaba como una niña, y mi cabeza no dejaba de imaginar, de pensar que narices hacia yo delante de aquel desconocido, desayunando y casi sin hablar.


-Mire....-Ana, me llamo Ana-Mire Ana, hace un tiempo la vengo observando, sé que usted a mí no me ve. Pero la veo pararse delante de mi ventana, intentando ver algo, descubrir lo que esconden mis visillos y quedándose un buen rato mirando a mi espejo. ¿No es así?. No diga nada, eso tiene una explicación, me refiero a que usted se sienta atraída por El, pero aquí no es el lugar idóneo para contarle la historia de Mi Espejo, sólo quiero decirle que es especial, tan especial como usted. Cuando terminemos de desayunar , iremos a mi casa y sabrá de que cualidad le hablo. Sé que no necesitará muchas explicaciones para entenderlo y los acontecimientos se sucederán solos.


     Aquella conversación, me aturdió todavía más, miré el reloj y de dije que era imposible, que tenia que acudir a mi trabajo.Cogiéndome la mano , me dijo que no pasaba nada, que no tuviese miedo, que iba a ser una experiencia única, única como yo, que sabía que yo lo deseaba y que el destino no se podía cambiar.


     Mirándolo asentí con la cabeza, llamé a mis despacho y a continuación nos dirigimos a su casa.


Y es que a veces lo que se ve en un espejo es lo que deseamos ver...


 continuará...?

16/10/2009
María L.
Fotografías: Karel Kuehne

Safe Creative #0910164692464

Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

sábado, 1 de marzo de 2014

Historia de 3 rosas - El desenlace

Escuchando:
Sorry  Seems To Be The Hardest Word- Elton John

Alzo mi rostro sin abrir los ojos hacia la lluvia que le azota de manera cruel. Gelidez líquida salvaje contra mi soberbia.



Abro mis ojos.

Me levanto torpemente.

          Ya de pie recojo el arma con el que iba a cambiar la vida de esta noble planta y mirándola con odio desmesurado la arrojo lejos de mí con todas mis fuerzas.


          Encamino mis pasos a la casa. Ya en la entrada me quito todo aquello que ya no me protege de la lluvia porque ella ya está en mis huesos.

        Descalza me dirijo al salón. Me planto ante mi recién adquirida orquídea y acercándome a su flor aspiro su aroma y luego beso su corola. Me siento posteriormente en el sofá y ante la imagen de lo poco que me queda de mi girasol me planteo que ella fue mi primera víctima de mi egoísmo por hacerme con cosas bellas para satisfacer mi vanidad y como inconscientemente recurro a sueños para justificar mis actos.




Y recuerdo como justifiqué mi deseo de poseer el girasol.

Y recuerdo que pensé que era lo más bello que había visto nunca.

Y recuerdo lo que deseaba tenerlo conmigo.

Recuerdo lo que recuerdo porque lo que no quiero recordar también lo recuerdo aunque haga mucho para no recordarlo.

Recuerdo que el girasol era un ser muy bello.

Y recuerdo…

Te recuerdo a ti amor porque ya que no pude tenerte a ti, me llevé tu girasol conmigo.





Me quede con la rosa blanca porque nunca pude tener tu compañía.

Me quede la negra porque nunca pude tener tu confianza.

Me quede la rosa azul porque nunca pude tener tu futuro.

Me quede la orquídea porque nunca pude tener tu inocencia.

Me quede el girasol porque nunca pude tener tu amor.

Y con tanto quedarme con todo me quede sin nada.

Uní tu recuerdo a la de tu flor.

Uní lo que no podía tener a lo que podía robar.

Pero no es lo mismo.

Deseo tu compañía, tu confianza, tu futuro, y sobre todo, tu amor.


      Ahora sólo tengo recuerdos que no son más que efímeras manifestaciones de lo que realmente no es más que mi imaginación. Necesito tener más que un recuerdo en forma de flor.


Necesito algo más que un recuerdo.

Te necesito a ti.

Me acerco al escritorio y de sus cajones saco una agenda en la que se haya tu nombre y tu número.

Y acercando el teléfono a mi lado, me siento y descuelgo. Marco tu número y mientras suena la señal pienso en que voy a decirte pero no se me ocurre nada.

De repente suena tu voz diciendo un hola y yo me quedo muda.

No sé que decir.

Vuelves a decir hola.

Y yo con gran esfuerzo echo valor y me decido a hablar y te digo…


Perdóname



Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

jueves, 20 de febrero de 2014

Historia de 3 rosas - 4ª Parte

Escuchando:
Dulce Pontes & Ennio Morricone
A rose among thorns


     Me quedé mirando fijamente al horizonte sin poder comprender lo que había presenciado. Y tras un momento eterno de perplejidad regrese a mi cama y me tumbe reflexionando en lo que había visto. Cerré mis ojos y me relajé hasta tal punto que el siguiente relámpago me sobresalto y me levanté de la cama como un tiro.

       Tras el susto inicial me di cuenta que lo que había sucedido era sólo un sueño. Así que me acerqué a la ventana y miré al jardín. En ese momento empezó a diluviar en toda la extensión de la palabra y no sé si por el sueño o por convicción propia bajé al invernadero me puse las botas y con una azada pequeña y mi maceta de cerámica me encaminé hacía la rosa de mi elección.

          No sé si la decisión era la correcta pero el tiempo pondría a cada cosa en su sitio y vería si había hecho lo mejor. De momento me acerque a ella. Y poniendo la maceta y la azada en el suelo y arrodillándome ante la rosa mientras gotas de agua recorrían mi cuerpo le dije a la misma:

- " Vas a ser tú la que dé alegría a mi hogar. "

         Ante mi rosa elegida. De rodillas con las herramientas a mi lado. Cayendo el agua por doquier. Me quedo petrificada y soy incapaz de generar movimiento alguno. Miro fijamente a la rosa y tras hacerlo miro a las otras dos. Un momento a cada una. Vuelvo la mirada y me fijo en la que tengo delante. Y agachando la cabeza veo en mi mano el elemento separador de la vida en la tierra. Abro mi mano y cae suavemente en el empapado césped.




          Sin poder moverme sigo observando el elemento de madera y metal que decide sobre la vida de otro ser aunque sea vegetal. Y poco a poco, pero inexorablemente salen de mis ojos una gotas de agua salada que se unen a los pequeños ríos de agua que ha generado en mi rostro tan enorme diluvio. Cierro los ojos y soy consciente de mi egoísmo mientras siguen saliendo mis lágrimas.

¿Quién soy yo para decidir sobre tan nobles obras de arte de la naturaleza?

          Pienso y sigo pensando. 
     


        No sé que me lleva a creer que cosas tan bellas hay que sacarlas de la tierra para ponerlas en un lugar que lo único que hacen es resaltar mi ego desmesurado de tener lo más bello a mi alrededor.

Es muy triste.

        Es muy triste pensar que lo único que sé hacer para tener una vida perfecta y a mi medida es trasplantar las cosas bellas de su lugar natural para cubrir un lugar o puesto en el cual no lucen en todo su esplendor y que no es natural con su esencia.

Esencia divina y mortal.
Esencia que hace que se desee tener en mi poder.
Esencia de la que adolece mi alma.
Esencia que envidio porque yo 
no poseo espíritu comparable a estas plantas.

Ellas hacen algo por este mundo.
Dan belleza y oxígeno.
Yo la robo y consumo su oxígeno.

¿Qué clase de vida llevo robando a otros lo que yo no tengo dentro de mí?

jueves, 13 de febrero de 2014

Historia de 3 rosas- 3ª Parte

Escuchando:
Secret Garden - Song from a secret garden


La noche ya se echó sobre el jardín de las delicias que es mi jardín.

        Es el momento adecuado para retirarme a dormir. Lo necesito. El día ha sido muy duro y en cuanto me meto en la cama quedo rendida en un profundo sueño. Y al poco de dormirme empiezo a soñar. Y comienzo a imaginar.


        De repente un relámpago me despierta. Me levanto rauda , me dirijo a la ventana a ver que es lo que ocurre. Una tormenta se acerca por el horizonte montañoso. Parece de las gordas.


          Pero por lo que veo solo es tormenta eléctrica. Suena el trueno y golpea el suelo con fuerza tanto que retiemblan los cristales de mi hogar. Salen corriendo los animales del grupo de árboles que hay al otro lado del muro de mi jardín y una ardilla de entre en él y corriendo, pasa el muro y se acerca hacia la rosa blanca y en el momento que contacta con ella, ésta se empieza a transformar en un joven, la cual cubierto de una gasa opaca de un blanco inmaculado, se yergue sobre sí y en el momento en que está totalmente estirado dirige la vista sobre mí y mirándome fijamente me habla:






- " Yo, rosa silvestre, te agradezco el cuidado que me das , más por mi condición necesito el contacto con la naturaleza para ser rosa. Aún así dame tus cuidados porque los das con cariño , ternura y hacen que me sienta bien. Mas no saques mis raíces de mi sitio porque ellas son mi vida y son las que me hacen ser tan especial. 
     Te pido que disfrutes de mi aroma y de mi belleza como yo disfruto de tu protección y de tu atención. Los cuales hacen que me sienta más rosa y los cuales hacen que florezca como debo florecer. 
    No te pido nada más. 
Solo te ruego que me cuides y sin un día ves que tus cuidados no me sirven, no hacen bien alguno en mí, me dejes morir. Y arrancándome de raíz haz un agujero y entiérrame en él y sobre mi planta otra rosa a la que pueda dar mi alma para que florezca y te dé satisfacciones como tú me las das a mí."

        Tras estas palabras el joven se recogió y en el momento en que se hacía rosa de nuevo la ardilla, que parecía detenida en el tiempo y en el espacio empezó a moverse de nuevo y corriendo hacia la segunda rosa contactó con esta y se produjo el mismo milagro. En este caso se erigió un joven con una túnica azul. Y repitiendo el mismo gesto que la anterior me habló de esta manera mientras me observaba:





- " Yo, rosa imposible de crear porque el azul es color no natural para una flor como yo , te agradezco tus cuidados, que me tengas en consideración como ser un elemento participativo de la belleza de tu hogar.
      Pero como elemento natural soy perecedero y aunque sepa que voy a estar muy bien cuidada en tus manos ten por seguro que soy poco estable en cuanto cambio de lugar dejo de ser la rosa azul, para ser una rosa normal..
     Me sentiría dichoso de poder ser por un momento la flor a la cual diriges tu mirada cuando te levantas por la mañana y lo último que ves cuando te acuestas. Aún así te pido que cumplas por mí un deseo si deseas llevarme contigo y es que cuando veas que me marchito y dejo de ser esa rosa que tanto te gusta me devuelvas a mi lugar del jardín y tapándome con las hierbas secas dejes que crezca a mi ritmo y a mi manera.
     Y olvides que cuando vuelva a lucir debes volverme a llevarme a tu hogar. Mi alma ya te agradecerá de antemano ser la flor más importante para ti aunque sea brevemente.
      No te pido más. "


          Después de hablar se volvió a recoger y el momento en que recobro su forma natural la ardilla continuo su carrera hacía la tercera rosa hasta que se detuvo mágicamente al tocarla en su tronco. Y ocurrió lo mismo que en los dos anteriores casos. En esta ocasión se despertó un joven ataviado con una capa negra. Y mirándome fijamente me dijo:



- " Yo, rosa inmortal pues negro es el vacío el cual es no mortal, te doy las gracias por pensar en mí para hacer de tu hogar un lugar con clase al añadir mi belleza a tus cuidados. Yo deseo ser esa naturaleza que da vida a tu casa pero para que puedas verme en total esplendor deberé ser yo la única planta que viva en tu lar pues siendo tan inexistente que la natura no ha podido crearme por si misma he de estar rodeadas de vida de mi misma procedencia y al no existir tal cosa debo ser yo el elemento único que colme de orgullo tu ego al no haber nada más raro en este mundo.
      Llévame y cuídame, y haré que te sientas realmente dichosa de poder mostrar mi belleza al mundo.
      No te pido más. "


En esto se recogió sobre si y se volvió a su forma original. La ardilla reanudó su carrera y desapareció por el otro lado del jardín…



Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.

miércoles, 5 de febrero de 2014

Historia de 3 rosas- 2ª Parte

Escuchando:
Vals de las Flores - Tchaikovsky

         La noche se echa sobre mi jardín y me retiro al interior de mi casa. Allí en la soledad de tan amplio hogar veo que la belleza que poseo en el jardín es la que me falta en mi vida.


       Entro en el salón y ante mí se presenta la foto de ese girasol que fue mi primera flor. Regalo inesperado que me inició en este mundo de las plantas. Le dediqué toda mi atención, mi cariño y mi tiempo. Pero el mal tiempo y otras adversidades hicieron que se secara y se marchitase. Sólo me quedaron sus semillas y espero al buen tiempo para plantarlas y que germinen como su predecesora. No será la misma planta pero será algo que tendrá su perfecta armonía con el jardinera porque la cuidara tanto como a su original.


       Allí en la repisa de la ventana se halla mi última adquisición: una orquídea. Rescatada de un jardín sin cuidar es una planta que aún siendo muy bella está a falta de cariño para que florezca tan esplendorosa como son las orquídeas. Es frágil y delicada. Su roce hace que pueda ajarse en cualquier momento, estoy dispuesta a cuidarla para que sea lo más bello que tal vida pueda ser.

Me acerco a ella para contemplarla y para ver si le hace falta algo pero no. Está bien.


          Ahora pierdo mi vista hacia el jardín y aunque hay poca luz distingo mis tres bellezas y creo que debo traerme esa rosa de ahí que aunque sea la más peligrosa de mover es la que más alegrías me da. No porque las otras no me den alegrías sino porque ella necesita cariño y cuidado pero no necesita que se la vigile de los elementos ni que sea más bella porque se le da mas atención. 

        Es hermosa en sí porque sabe que es una rosa y no necesita que nadie le ponga un cartel para definir que tipo de subespecie es.



          Daré algún tiempo para que se fortalezca e intentaré ponerla en un lugar de honor en mi hogar. Merece que sea admirada por algo más que los animales que corretean por el jardín al amparo de la oscuridad. Decidido. Probaré con ella ya que es lo que necesito para hacer más hogareño mi hogar.Mientras pienso en lo que voy a hacer creo que ellas tienen una conversación…


¿Qué podrían hablar tener entre ellas?

Me gustaría saberlo...

Puede que hablasen de...



Creative Commons License
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.


Extraño

Contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Buscar este blog